BIOGRAFIA BARACK OBAMA

Author: Junnior // Category:
Barack Hussein Obama Jr. (Honolulu, 4 de agosto de 1961) es un político estadounidense. Es el presidente designadode los Estados Unidos, tras vencer en las elecciones del 4 de noviembre de 2008 ; será el primer afroamericano en ejercer el cargo.
Además, ocupa el cargo de
Senador Junior en Illinois. Es el quinto legislador afroamericano en el Senado de los Estados Unidos, el tercero desde la era de reconstrucción y el primer demócrata.[6] El martes 3 de junio de 2008, superó a Hillary Clinton en las votaciones primarias demócratas para las elecciones presidenciales de 2008 .
Se graduó en la
Universidad de Columbia y en la prestigiosa escuela de derecho Harvard Law School, donde fue presidente de la revista de leyes Harvard Law Review. Posteriormente, trabajó como organizador comunitario y ejerció su carrera como abogado en derecho civil, antes de ser elegido y servir como senador del estado de Illinois desde 1997 al 2004. Adicionalmente, fue profesor de derecho constitucional en la facultad de leyes de la Universidad de Chicago desde 1992 hasta el 2004. En el año 2000, después de no obtener un puesto en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, anunció su candidatura para el Senado estadounidense en enero de 2003. Después de una victoria en las elecciones primarias demócratas en marzo de 2004, realizó un discurso de apertura en la Convención Demócrata Nacional en el mes de julio del mismo año. Finalmente, fue elegido como miembro del senado en noviembre de 2004, con un 70% de los votos a favor.
Como representante de la minoría demócrata en el 109º Congreso, copatrocinó la legislación para el control de armas convencionales y para promover una mayor rendición pública de cuentas en el uso de fondos federales. También hizo viajes oficiales a Europa Oriental, Oriente Medio y África. En el 110º Congreso, patrocinó la legislación relacionada a grupos de presión y fraude electoral, el calentamiento global, el terrorismo nuclear y el regreso del personal militar a la nación. Desde el anuncio de su campaña presidencial en febrero de 2007, Obama ha hecho hincapié en poner fin a la guerra de Irak, el aumento de la independencia energética y la prestación de asistencia sanitaria universal como principales prioridades nacionales.

BIOGRAFIA BARACK OBAMA

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Barack Hussein Obama Jr. (Honolulu, 4 de agosto de 1961) es un político estadounidense. Es el presidente designadode los Estados Unidos, tras vencer en las elecciones del 4 de noviembre de 2008 ; será el primer afroamericano en ejercer el cargo.
Además, ocupa el cargo de
Senador Junior en Illinois. Es el quinto legislador afroamericano en el Senado de los Estados Unidos, el tercero desde la era de reconstrucción y el primer demócrata.[6] El martes 3 de junio de 2008, superó a Hillary Clinton en las votaciones primarias demócratas para las elecciones presidenciales de 2008 .
Se graduó en la
Universidad de Columbia y en la prestigiosa escuela de derecho Harvard Law School, donde fue presidente de la revista de leyes Harvard Law Review. Posteriormente, trabajó como organizador comunitario y ejerció su carrera como abogado en derecho civil, antes de ser elegido y servir como senador del estado de Illinois desde 1997 al 2004. Adicionalmente, fue profesor de derecho constitucional en la facultad de leyes de la Universidad de Chicago desde 1992 hasta el 2004. En el año 2000, después de no obtener un puesto en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, anunció su candidatura para el Senado estadounidense en enero de 2003. Después de una victoria en las elecciones primarias demócratas en marzo de 2004, realizó un discurso de apertura en la Convención Demócrata Nacional en el mes de julio del mismo año. Finalmente, fue elegido como miembro del senado en noviembre de 2004, con un 70% de los votos a favor.
Como representante de la minoría demócrata en el 109º Congreso, copatrocinó la legislación para el control de armas convencionales y para promover una mayor rendición pública de cuentas en el uso de fondos federales. También hizo viajes oficiales a Europa Oriental, Oriente Medio y África. En el 110º Congreso, patrocinó la legislación relacionada a grupos de presión y fraude electoral, el calentamiento global, el terrorismo nuclear y el regreso del personal militar a la nación. Desde el anuncio de su campaña presidencial en febrero de 2007, Obama ha hecho hincapié en poner fin a la guerra de Irak, el aumento de la independencia energética y la prestación de asistencia sanitaria universal como principales prioridades nacionales.

El discurso que marco la Historia

Author: Junnior // Category:
CHICAGO.- ¡Hola, Chicago! Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.
Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.
Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.
Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.
Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.
El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.
Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.
Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.
Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.
Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imagina. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca. Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable
A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.
A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino. Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.
Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.
Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares
Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.
Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.
Esta es vuestra victoria.
Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí. Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.
Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.
Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.
Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.
El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.
Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.
Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.
Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.
Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal. Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.
Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.
Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.
En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.
Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.
Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.
Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.
Y a aquellos estadounidenses cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.
Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.
A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.
Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.
Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.
Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos.
En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes.
Sí podemos
Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada.
Sí podemos.
Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos".
Sí podemos.
Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.
Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.
Sí podemos.
Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?
Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento. Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza.
Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.
Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

El discurso que marco la Historia

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CHICAGO.- ¡Hola, Chicago! Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.
Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.
Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.
Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.
Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.
El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.
Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.
Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.
Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.
Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imagina. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca. Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable
A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.
A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino. Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.
Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.
Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares
Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.
Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.
Esta es vuestra victoria.
Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí. Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.
Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.
Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.
Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.
El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.
Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.
Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.
Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.
Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal. Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.
Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.
Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.
En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.
Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.
Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.
Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.
Y a aquellos estadounidenses cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.
Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.
A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.
Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.
Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.
Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos.
En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes.
Sí podemos
Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada.
Sí podemos.
Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos".
Sí podemos.
Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.
Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.
Sí podemos.
Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?
Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento. Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza.
Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.
Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

El Mundo se esta acabando!!! Lo nunca antes soñado!!!

Author: Junnior // Category:

Obama, de 47 años, se convirtió en los comicios del martes en el primer presidente estadounidense afroamericano.


WASHINGTON.- El presidente electo estadounidense, Barack Obama, tiene ante sí el enorme reto de solucionar una serie de crisis internas e internacionales y de gestionar las casi imposibles expectativas construidas en torno a su candidatura.
Las felicitaciones de líderes de todo el mundo llegaban a raudales esta mañana y los estadounidenses celebraban espontáneamente por doquier, mientras los retos que tendrá que enfrentar la administración de Obama a partir de enero ya están claros.
Obama llega a la Casa Blanca con una economía en recesión, un sistema financiero que se tambalea al borde del colapso y su país aún inmerso en guerras en Irak y Afganistán.
Ya la próxima semana, Washington albergará una cumbre a la que asistirán 20 líderes mundiales que intentarán enfrentar la crisis financiera que está hundiendo los mercados globales y establecer principios comunes para una futura regulación del sector financiero.
El propio Obama reconoció la "enormidad" del trabajo que tiene ante sí y pidió paciencia en su discurso de la victoria en Chicago.
"El camino por delante será largo. La escalada será empinada. Puede que no lleguemos allí en un año o incluso en una legislatura", dijo. "Pero, América, nunca tuve tanta esperanza de la que tengo esta noche de que llegaremos. Les prometo de que llegaremos allí como un pueblo".
Obama, de 47 años, se convirtió en los comicios del martes en el primer presidente estadounidense afroamericano. Su popularidad internacional le dará una cierta libertad de acción al comienzo de su mandato, pero las reacciones de la mañana del miércoles ya subrayaron las altas esperanzas para su presidencia.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que la victoria de Obama "levanta una gran esperanza en Francia, en Europa y en todo el mundo de que una América abierta, unida y fuerte mostrará un nuevo camino, con sus socios, con la fortaleza de su ejemplo y la adhesión a sus principios".
El presidente palestino, Mahmud Abbas, pidió a Obama que se comprometa de inmediato en el proceso de paz de Cercano Oriente, para llevar la seguridad y estabilidad a la región.
Y por si salvar la economía mundial y resolver conflictos irreparables no constituyeran ya una ambiciosa agenda, el ex presidente de Sudáfrica Nelson Maldela añadió otra labor a la lista de tareas de Obama, urgiendo al presidente electo la tarea de combatir el azote de la pobreza y las enfermedades en cualquier parte.
Obama prometió trabajar más estrechamente con sus aliados y señaló su apertura a mantener conversaciones directas con sus adversarios estadounidenses. Pero no se arrepintió de perseguir intereses de seguridad nacionales, por ejemplo, prometió combatir objetivos de Al Qaida en Pakistán, con o sin el apoyo de Islamabad.
En su país, Obama se atrajo nuevos votantes en el proceso electoral con un mensaje de esperanza y una promesa de cambio de política, como es usual, pero ahora tiene delante a un país que permanece profundamente dividido a los lados de una línea ideológica.
El candidato republicano John McCain, que con frecuencia se burló de la retórica de Obama, que calificó de "palabras vacías", se mostró elegante en la derrota y prometió ayudar a unir el país. "Que Dios bendiga al hombre que fuera mi contrincante y que será mi próximo presidente", dijo McCain en Phoenix, Arizona.
Ciudadanos afroamericanos celebraron la victoria de Obama durante la noche en Washington y otras ciudades, esperando que su elección pueda ayudar a curar décadas de división radial.
"Se siente como si todo fuera ahora posible", dijo la moderadora de talk-shows Oprah Winfrey, una de las primeras que apoyaron a Obama, a la emisora CNN. "Lo mejor está aún por venir".
Al mismo tiempo que aumentaba su retórica, Obama llamó con frecuencia a su seguidores a ser realistas en sus expectativas y advirtió que en la victoria podría haber problemas a lo largo del camino.
"Habrá reveses e inicios fallidos. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política que haga como presidente", dijo. "Pero siempre seré honesto con ustedes sobre los retos que tenemos delante y los escucharé, sobre todo cuando estemos en desacuerdo".
El reto inmediato se encuentra en la transición. La administración del presidente George W. Bush estuvo en estrecho contacto con el equipo de transición de Obama antes de la elección del martes.
Los consejeros de Obama se verán de inmediato envueltos en el quehacer político y él enfrentará presiones para nombrar rápidamente a los miembros del gabinete que ocuparán departamentos clave como el Tesoro, Estado y Defensa.
La primera medida de la fluidez de la transición la dará la cumbre del G-20 el 15 de noviembre en Washington.
No es seguro que Obama asista, pero los líderes mundiales buscarán el entendimiento con el presidente electo sobre el tumulto financiero que continuará al menos hasta bien entrado el próximo año.

El Mundo se esta acabando!!! Lo nunca antes soñado!!!

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Obama, de 47 años, se convirtió en los comicios del martes en el primer presidente estadounidense afroamericano.


WASHINGTON.- El presidente electo estadounidense, Barack Obama, tiene ante sí el enorme reto de solucionar una serie de crisis internas e internacionales y de gestionar las casi imposibles expectativas construidas en torno a su candidatura.
Las felicitaciones de líderes de todo el mundo llegaban a raudales esta mañana y los estadounidenses celebraban espontáneamente por doquier, mientras los retos que tendrá que enfrentar la administración de Obama a partir de enero ya están claros.
Obama llega a la Casa Blanca con una economía en recesión, un sistema financiero que se tambalea al borde del colapso y su país aún inmerso en guerras en Irak y Afganistán.
Ya la próxima semana, Washington albergará una cumbre a la que asistirán 20 líderes mundiales que intentarán enfrentar la crisis financiera que está hundiendo los mercados globales y establecer principios comunes para una futura regulación del sector financiero.
El propio Obama reconoció la "enormidad" del trabajo que tiene ante sí y pidió paciencia en su discurso de la victoria en Chicago.
"El camino por delante será largo. La escalada será empinada. Puede que no lleguemos allí en un año o incluso en una legislatura", dijo. "Pero, América, nunca tuve tanta esperanza de la que tengo esta noche de que llegaremos. Les prometo de que llegaremos allí como un pueblo".
Obama, de 47 años, se convirtió en los comicios del martes en el primer presidente estadounidense afroamericano. Su popularidad internacional le dará una cierta libertad de acción al comienzo de su mandato, pero las reacciones de la mañana del miércoles ya subrayaron las altas esperanzas para su presidencia.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que la victoria de Obama "levanta una gran esperanza en Francia, en Europa y en todo el mundo de que una América abierta, unida y fuerte mostrará un nuevo camino, con sus socios, con la fortaleza de su ejemplo y la adhesión a sus principios".
El presidente palestino, Mahmud Abbas, pidió a Obama que se comprometa de inmediato en el proceso de paz de Cercano Oriente, para llevar la seguridad y estabilidad a la región.
Y por si salvar la economía mundial y resolver conflictos irreparables no constituyeran ya una ambiciosa agenda, el ex presidente de Sudáfrica Nelson Maldela añadió otra labor a la lista de tareas de Obama, urgiendo al presidente electo la tarea de combatir el azote de la pobreza y las enfermedades en cualquier parte.
Obama prometió trabajar más estrechamente con sus aliados y señaló su apertura a mantener conversaciones directas con sus adversarios estadounidenses. Pero no se arrepintió de perseguir intereses de seguridad nacionales, por ejemplo, prometió combatir objetivos de Al Qaida en Pakistán, con o sin el apoyo de Islamabad.
En su país, Obama se atrajo nuevos votantes en el proceso electoral con un mensaje de esperanza y una promesa de cambio de política, como es usual, pero ahora tiene delante a un país que permanece profundamente dividido a los lados de una línea ideológica.
El candidato republicano John McCain, que con frecuencia se burló de la retórica de Obama, que calificó de "palabras vacías", se mostró elegante en la derrota y prometió ayudar a unir el país. "Que Dios bendiga al hombre que fuera mi contrincante y que será mi próximo presidente", dijo McCain en Phoenix, Arizona.
Ciudadanos afroamericanos celebraron la victoria de Obama durante la noche en Washington y otras ciudades, esperando que su elección pueda ayudar a curar décadas de división radial.
"Se siente como si todo fuera ahora posible", dijo la moderadora de talk-shows Oprah Winfrey, una de las primeras que apoyaron a Obama, a la emisora CNN. "Lo mejor está aún por venir".
Al mismo tiempo que aumentaba su retórica, Obama llamó con frecuencia a su seguidores a ser realistas en sus expectativas y advirtió que en la victoria podría haber problemas a lo largo del camino.
"Habrá reveses e inicios fallidos. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política que haga como presidente", dijo. "Pero siempre seré honesto con ustedes sobre los retos que tenemos delante y los escucharé, sobre todo cuando estemos en desacuerdo".
El reto inmediato se encuentra en la transición. La administración del presidente George W. Bush estuvo en estrecho contacto con el equipo de transición de Obama antes de la elección del martes.
Los consejeros de Obama se verán de inmediato envueltos en el quehacer político y él enfrentará presiones para nombrar rápidamente a los miembros del gabinete que ocuparán departamentos clave como el Tesoro, Estado y Defensa.
La primera medida de la fluidez de la transición la dará la cumbre del G-20 el 15 de noviembre en Washington.
No es seguro que Obama asista, pero los líderes mundiales buscarán el entendimiento con el presidente electo sobre el tumulto financiero que continuará al menos hasta bien entrado el próximo año.